
Si hemos puesto el juego por primera vez saldrá una introducción explicándonos la trama principal. No podremos saltar (normalmente) dicha introducción, pero como solo ocurre la primera vez tampoco nos pesa demasiado. Una vez superada esta introducción comenzará automáticamente el primer nivel del juego, sin tan siquiera pasar por el menú principal del mismo, sino que nos pone en plena acción al primer nivel del bando soviético.
El primer nivel que nos toparemos difiere en gran medida a la de otros juegos de esta índole. No empezaremos con una planta constructora, ni alguna refinería, ni tampoco con barracas para poder reclutar soldados no, empezaremos con un total de 0 créditos y 3 pequeños aeropuertos con unos aviones disparando a unos barriles explosivos.

Usando a los aviones debemos atacar a unos objetivos y destruirlos, empezando por los que tengan barriles explosivos para así dañar y destruir unos primeros enemigos que están apostados en el terreno. La frase “Reinforcements have arrived” (han llegado refuerzos) se escuchará y un avión de grandes dimensiones dejará caer sobre el terreno a un puñado de soldados paracaidistas para que eliminemos a los soldados enemigos que allí se encuentre, pudiendo utilizar los aviones de nuevo si así lo queremos.
Obviamente, no todas las misiones serán así, pero sin duda alguna este juego con la idea del envío de refuerzos hace que nunca sepas lo que vas a esperarte (mientras en otros juegos de la compañía, como pueda ser Dune, los refuerzos eran constantes para todos los niveles, en este juego puede haber o no, y puede haber muchos o pocos). Muchas misiones serán las más típicas para este estilo de juego: Concedernos un edificio principal o una serie de edificios básicos y cumplir la misión, que puede consistir en destruir al enemigo o alguna clase de edificio particular entre otras.
También tenemos algunos niveles muy específicos en los que tenemos que eliminar edificios concretos, pero no con bases enemigas fuertemente defendidas, sino que se nos concederán a un grupo de soldados y/o vehículos y pedirnos, por ejemplo, destruir una fábrica naval enemiga. Al hacerlo escucharemos la frase de los refuerzos y aparecerán barcos que pueden ser controlados por la IA barriendo una playa enemiga dejándolo libre, para así abrirnos paso por tierra y proseguir destruyendo lo siguiente que nos pidan.
Es por eso que es muy importante seguir las instrucciones, ya que algunas acciones ocurren semiautomáticas, o bien simplemente con superioridad numérica pero que es solo el principio para seguir esa misión.
Pero no solo se reduce a los vehículos pesados, sino que también las unidades de infantería, salvo el clásico soldado básico, son distintas, diferenciando claramente entre un granadero y un lanzallamas a un médico. Incluso en unidades navales los aliados cuentan con pequeños buques y grandes acorazados mientras que la unión posee única y exclusivamente submarinos.
La estrategia en este juego está servida, y es que si bien el ataque frontal pueda servir para según que niveles, no siempre será así, ya que por lo general el enemigo posee una cantidad de refinerías y silos repletos de oro, así que si decidimos un ataque frontal, aún con muchas fuerzas entre las torretas defensivas enemigas y los tanques que allí tenga (más los que pueda construir para defenderse) podemos toparnos que si bien hemos hecho estragos, hemos perdido a casi todas nuestras tropas, y no le costará demasiado reconstruir lo que hayamos destruido utilizando sus amplias reservas de oro.
De todas maneras, dependerá mucho de la misión y el tipo de escenario, a veces nos veremos forzado a un asalto frontal, pero para ello contamos con un vehículo tremendamente ligero pero cargado con misiles tierra a tierra, usándolo correctamente podemos destruir las torretas desde una larga distancia, y luego asestar el asalto frontal con su base desprotegida gracias a la potencia y resistencia de los tanques pesados.
De nuevo, hago mención en la importancia de leer lo que hay que hacer en las misiones, ya que en alguna ocasión se nos dice que debemos destruir algún edificio y nos informa que su situación está en una isla central, y que debemos hacerlo cuidándonos del ataque por tierra de una base enemiga situada en la misma península que nosotros.

Una misión tras otra se irán agregando nuevas unidades y nueva tecnología, pasando por helicópteros y por aviones más modernos con un poder ofensivo aún mayor. En nuestra mano estará el usar los recursos sabiamente y explotar las defensas enemigas, cumpliendo la misión de la manera más óptica para así conseguir un buen hi-score, aunque esto es algo bastante secundario.
Si ya hemos terminado el juego con ambos bandos (o no), tenemos la opción de jugar a la expansión llamada “Counterstrike”, integrada dentro del propio juego. A diferencia de muchos juegos actuales en donde la expansión viene como campaña aparte, en este juego no es así. En un menú en la pantalla principal llamado “New Missions” saldrá una lista de misiones alineadas en bloques de ocho para ambas facciones.
Sin embargo, estas misiones siguen siendo como el modo campaña original; llegadas de refuerzos aquí y allá, un camión que hace un camino y al final suelta a Tania, la agente especial de las fuerzas aliadas para luego dicho camión seguir avanzando hasta algún punto... Es decir, cosas bastante impredecibles en estas misiones.
La tecnología es mayor, pero no demasiada; en la mayoría de las misiones se nos nombra “una nueva tecnología en fase de prueba” y que debemos destruírsela para evitar que la usen para nosotros, o bien para alguna misión concreta tendremos cierta tecnología extravagante, tal que así son los submarinos con ojivas nucleares, vehículos de radar equipados con rayos Tesla, o incluso un potente vehículo capaz de enviar una onda sónica por el suelo que dañará a todos los edificios y unidades en un radio bastante grande, y del cual debemos evitar su producción espiando y destruyendo algunos edificios clave.
Los niveles son bastante interesantes, y aunque algunos no sean demasiado intuitivos, como pueda ser poder dirigirnos por 2 caminos distintos, llevándonos uno hacia una muerte segura a manos de los enemigos mientras que el otro es el que hace que la “trama” continúe. De todos modos, el juego suele avisar, de una manera u otra, cual es el camino correcto, ya sea con pistas o coordenadas.
Salvo por ese fallo el juego es fantástico en todos los puntos, con niveles de muchas clases, muchos objetivos e incluso sorpresas a mitad de una misión, ya sea de las de usar a comandos o las de construir y atacar al clásico estilo. Y sin duda algunas, la expansión le añade aún más esencia (a pesar de jugar sin apenas unidades nuevas) a lo que era el juego original, y aunque no cuente con mucha más tecnología que el juego “clásico”, la expansión no decepcionará.
Si hemos superado las campañas y aún así queremos más, tenemos el modo escaramuza, en donde elegiremos mapa, número de jugadores, nivel tecnológico y créditos iniciales, entre otros, y combatiremos en batallas sueltas entre 2 o más jugadores. La tecnología de este modo presenta alguna de las armas que no estarán presentes para su uso en el modo campaña (salvo algunos niveles con especificaciones especiales). Así por ejemplo lanzar un misil de gran potencial capaz de erradicar un edificio y/o enemigos en su camino (aunque dista del gran potencial desproporcionado que suelen tener las armas nucleares de otros juegos RTS actuales).
RESUMEN:
Juego: Red Alert 1: The aftermath & Counterstrike.
Género: Estrategia en tiempo real.
Pros: El inicio de la saga. Una buena cantidad de niveles con bastante variedad entre ellos, no siempre basándose en la misma dinámica o misiones u objetivos. Cada facción tiene unidades únicas para ellos, con los aliados orientados a la versatilidad y los soviéticos a la fuerza pura. Los niveles de la expansión presenta alguna tecnología extra y misiones especiales con algún arma atómica de por medio.
Contras: El manejo de las unidades no siempre funciona correctamente, ignorando alguna órden o en vez de simplemente atacar a distancia atacar pero a la vez moviéndose pegándose al enemigo entrando así en el rango de otros tanques y torretas enemigas. No hay colas de producción, haciéndose tediosa principalmente para la construcción rápida de soldados.