Ya nada más que empecemos a jugar veremos algo espectacular, y es que parece que es una película de vaqueros como cualquier otra, con los personajes interpretados por actores reales y escenarios reales, aunque nosotros no nos moveremos si no que la pantalla y las escenas empiezan sucediendo automáticamente.
El principio del juego vendría a ser un poco de entrenamiento; un hombre está disparándole a unas estrellas del sheriff, un enano bastante cobarde, y nos dice que nos ofrecerá 100 dólares si conseguimos superarle. En este punto en la pantalla aparecen dos estrellas lanzadas por ese personaje; usando el ratón, cuyo puntero es una mano agarrando una pistola, apuntaremos a ambas estrellas y dispararemos una bala a cada una (usando balas contadas, indicadas en el juego).
Al destruir estas dos estrellas, y otras dos que coloca tras hacer eso ese personaje pide dos botellas y le obliga al sheriff enano a sostenerlas con los brazos estirados. Nuestra segunda prueba consiste en disparar a las botellas sin dispararle al enano, ya que eso nos hará perder una vida, y la cosa no está para perder vidas desde el comienzo.
El entrenamiento, si es que puede llamársele así, ya se terminó; la escena cambiará bruscamente a un primer plano de un hombre que desenfundará y disparará contra nosotros, a menos que seamos más rápidos. Con esto queda demostrado que hay que tener mil ojos, ya que el juego no avisa que es un enemigo, aunque lo sabremos porque saca el arma contra nosotros.
El hombre rudo, junto a otro no nos van a dar el dinero, si no que nos vamos a batir en duelo contra ellos dos. En este punto la escena se reproduce como una película (pese a tener el ratón con la mano-pistola). Cuando el primero de ellos eche mano a su cinturón para sacar la pistola es cuando podremos dispararle para abatirlo (antes no), y tras una ligera escena de muerte el 2º hombre también intentará desenfundar.
El Sheriff nos cuenta que hemos matado a la mano derecha de la banda de los Zorton, la banda que forma el antagonista principal de este videojuego. Llegados a este punto, viene uno de los pros que podemos encontrar en el juego y es el saqueo de los cadáveres. Cambiando la “herramienta” a una mano (situada en la parte superior derecha de la pantalla) y palpando los enemigos eliminados podemos encontrarnos dinero y munición (destacar el grito de ¡BALAS! que suelta).
Llegados a este punto tenemos varias cosas que podemos hacer, como por ejemplo darle al mapa y ver los sitios del pueblo tales como un restaurante, una barbería, el pajar... muchos de ellos inicialmente están como adorno (más adelante serán algún escenario de combate), pero destacan unos sitios sobre los demás: El banco que es el más importante, y es que ahí podemos guardar la partida así como el dinero que hayamos recolectado. El otro sitio importante es el tablón de trabajos, en el que se nos presenta 2 trabajos para hacer y, habiendo realizado uno de ellos, aparecerá otro nuevo. Y, para terminar, el almacén de armas y munición, para usar nuestro dinero sabiamente en nueva munición y otras armas a mayores: la escopeta y el rifle.
Se nos pagará estos trabajos con dinero según la dificultad del mismo; estos trabajos lo componen una serie de minijuegos que le añaden una variedad fresca al juego, aunque dichos trabajos se repitan si jugamos una partida nueva (pero no en el mismo orden). Uno de los trabajos es intentar capturar un caballo con nuestro vaquero, ambos moviéndonos por turnos. Algunos son puzzles de lógica, como desalojar a una familia compuesta por un padre, una madre, un hijo y el perro, utilizando un sistema de poleas y contrapesos para que ninguno de ellos se hiera al bajar.
Incluso tenemos un par de trabajos que hacen referencia a música, en el que debemos tocar las notas tal y como nos lo va diciendo el juego hasta interpretar, por franjas, una melodía. Podemos llegar a trabajar en un minijuegos meramente matemático, en donde hay unas vacas con unos valores y hacer que la suma de esos valores dé lo mismo en cada fila horizontal, vertical y diagonal.
Tanto si hemos guardado o realizado esos trabajos como si no, podemos continuar con la trama principal, siempre centrándose en los Zorton, una peligrosa banda de forajidos con las que nos las veremos continuamente. Con ellos tenemos que eliminar a todos los hombres que intenten eliminarnos, siempre atacando de uno en uno, pero en el caso de ser enemigos presentes no les haremos nada hasta que no empiecen a desenfundar.
Tras la masacre del “Saloon” y de quitarles todos los objetos a los muertos, la historia continúa, y la dificultad se va incrementando, ya que a partir de ahora no siempre veremos a los hombres de frente, sino que se esconderán en algunas zonas y solo se asomarán ligeramente, contando con solo unos segundos para dispararles antes de que ellos lo hagan contra nosotros.
Si sufrimos el revés de ser lentos y recibir un disparo enemigo ocurrirán varias cosas. La primera, la tapa de un ataúd que aparece dibujada en la parte inferior derecha se cerrará: Esto indica que hemos perdido una vida pero no hay que preocuparse, aún tenemos varias más. Lo segundo que puede ocurrir es que el enemigo, al igual que hacemos con ellos, nos robe. Podemos perder el dinero que tengamos encima, las balas acumuladas o algunas de las armas que hagamos conseguido-comprado. Y lo tercero que va a ocurrir (y que llega a ser un poco cargante) es ver al sepulturero (o un indio a lo Bartolo) diciendo alguna tontería sobre nuestra mala puntería o que debemos hacerlo mejor.
Al ir avanzando en la historia viviremos combates y duelos en distintos sitios, cada uno con su estilo, desde ataques a traición, duelos de frente, o grupos de enemigos clónicos que aún habiéndolos matado ese enemigo vuelve a aparecer enfrente nuestra una vez más, llegando incluso a matar 3 veces al mismo actor.
No todo es eliminar a los Zorton, como ya dijera antes, la ciudad tiene diversos sitios, una zona de prácticas de tiro que nos dará dinero por cada acierto. No será muy grande ya que las balas gastadas si las queremos recuperar también cuestan dinero. Al menos en el médico recuperaremos vidas perdidas, por un módico precio; y de manos del soplón nos informará de la situación de unos trozos de mapa, importantes para hacer la franja final del juego.
Las armas con las que contamos son la pistola, que es el arma básica y que no nos pueden quitar (que si las balas), tiene hasta 6 disparos, que debemos recargar haciendo click en el icono (no hace falta que esté descargada para hacerlo). La escopeta solo tiene para dos disparos, pero abarca mucha más posición. El rifle también tiene seis disparos, y es un arma claramente superior a la pistola porque es más fácil acertar (claro que es más propenso a quitarnos este arma y su munición es claramente más cara).
Quizás uno de los puntos negativos del juego es que si grabamos la partida y nos matan (ya sea una o todas las vidas o hemos decidido salir del juego) y queremos cargar la partida guardada, el juego continuará la historia automáticamente, sin tener en cuenta si realmente queríamos hacer eso o ir al médico o cualquier otra cosa.
Si bien puede pensarse en esperar a ir al banco cuando se haya hecho todo, puede no resultar tan buena idea como uno piensa, y es que en ocasiones tenemos unos duelos aleatorios que surgen sin venir a cuento y que son difíciles. Cuando esto ocurre aquel personaje enano nos da el aviso de un par de tipos muy peligrosos o cita el nombre de otra banda que no tiene que ver con los Zorton.
Cuando eso ocurre, nuestro personaje avanzará y se colocará en cierta posición, dos o más enemigos se mostrarán y van a desenfundar, pero a diferencia de lo que ocurre en la trama principal, nuestra pistola está completamente descargada. Solo se cargará en el momento en el que nuestro enemigo ya esté desenfundando, en cuyo caso contaremos de tal vez solo 1 segundo para llevar el ratón desde el dibujo en la parte derecha de la pantalla hasta el enemigo, cosa que no siempre da tiempo y que podemos perder una vida en un duelo aleatorio de estos.
Definitivamente, este es un grandísimo juego, con un planteamiento curioso y muy bueno, una dificultad bastante elevada, mucho más de la que pueda parecer, ya que aunque algunos enemigos son muy obvios, otros son muy rastreros o están tan escondidos que casi no se les ven. Además, nos sentiremos frustrados al ver que hemos disparado no una ni dos sino tres veces a un pistolero y que aún así consiga dispararnos y matarnos.
Hay que añadir que estos enemigos son de un único disparo, no tienen “vidas” ni barras de salud, sino que un disparo basta para eliminarlo, pero pese a lo que parezca, no siempre es fácil darles ni disparando varias veces (existe algún que otro enemigo traicionero que con un disparo parece que ha muerto pero se vuelve a levantar).
Existe un par de errores de guardado (guardas la partida y al cargar continúa automáticamente la historia) y que si hemos reunido en el banco una cantidad de dinero, la sacamos, nos matan y volvemos a cargar la partida, las balas, armas y todo lo demás continúa tal y como lo guardamos, pero el dinero no, tan solo está el que teníamos en el banco después de haber sacado.
A excepción de esos pequeños fallos, el juego es muy grande, si bien la historia no es profunda y trata de una chica raptada y una banda de malhechores tratando de eliminar a “los justicieros” tenemos la oportunidad de sentirnos un poco Lucky Luke y superar todos y cada uno de los escenarios y emboscadas que los Zorton nos tengan preparado para nosotros.
RESUMEN:
Juego: Los justicieros
Género: Disparos. Película interactiva.
Pros: Los escenarios son reales y los personajes son actores reales. Una historia a la antigua usanza del oeste, con muchos sitios por visitar y enemigos variados. Los enfrentamientos pueden ser duelos con enemigos a simple vista o atacar desde zonas con cobertura. Trabajos a modo de minijuegos para ganarnos dinero extra.
Contras: Cada vez que te matan puedes perder un arma, o el dinero o todas las balas que tuvieras en mano, haciendo que tal vez no puedas continuar por no tener ni siquiera dinero para poder comprar balas. En cada muerte, hay una escena en la que dice que hemos muerto y que, tras una docena de veces que nos hayan matado empezaremos a detestarlo.
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