Viendo la primera imagen uno podría pensar que voy a comentar sobre otro juego de la MSX como tantos otros he hablado antes; pero no es así, ya que este juego es mucho más moderno. Se llama Abbaye Des Morts, un videojuego creado por Locomalito que utiliza muchos rasgos basados en la Spectrum ZX así como en los juegos de la época.
El juego inicia con una pequeña introducción, en la que encarnamos a Jean Raymond, un cátaro (que es una secta) que es perseguido por unos cruzados por herejía. Y ya mismo empieza el juego, con un bosquecito y solo 2 direcciones a tomar, izquierda o derecha.
Gráficamente estamos hablando de un juego que solo utiliza 16 colores, 1 para cada sprite, razón por la que nuestro protagonista es todo de un único color: el amarillo. Esto está hecho a propósito para darle un toque de estilo antiguo. Aún con esto se distingue todo bastante bien.
Pronto veremos que los cruzados que se mencionan en la introducción hacen su aparición entrando por la parte izquierda y, puesto que son muchos en fila, no nos dejan otro remedio que escapar por la derecha; para ello usaremos unos simples botones de movimiento tan básicos como simples.
La segunda pantalla nos presenta un primer peligro: agujeros por los que podemos caer y morir alguna vida. Debemos saltar (sin olvidarnos que por detrás los cruzados nos seguirán) este pequeño problema y entrar en una vieja iglesia, algo que lograremos sin apenas esfuerzo.
Dentro la iglesia parece vacía pero... ¿Realmente lo está? La respuesta es no, ya que esta iglesia está completamente invadida por las más variopintas criaturas, desde insectos de gran tamaño, esqueletos, plantas venenosas y, en los más profundo de la misma, demonios dispuestos a eliminar a cualquier intruso.
El objetivo inicialmente no está claro pero pronto encontraremos algunas notas repartidas por las pantallas que nos informarán que necesitamos 12 cruces. Esta tarea no va a ser fácil; por un lado las criaturas que nos quitarán una vida si nos tocan y por otro que no siempre las cruces estarán “activas” o incluso puede que estén en zonas inaccesibles para nosotros.
Los botones, como ya mencioné, son muy simples: Saltar, agacharse, moverse a izquierda o derecha y nada más; ni siquiera contamos con un botón de ataque, por lo que debemos esquivar a todos los enemigos bien saltándolos o agachándolos.
Contamos con nueve vidas y con una serie de “puntos de control” que si lo tocamos (emitirá un sonido y la cruz sobre el objeto girará) y nos matan en algún momento resucitaremos en ese punto. Además de estas nueves vidas tenemos algunos corazones extras repartidos por el escenario, lo cual no quita que no nos maten alguna que otra vida tratando de superar algunas de las zonas.
El juego consiste en explorar, tanto así que reexploraremos gran cantidad de las salas una y otra y otra vez tratando de buscar las 12 cruces y que aún leyendo las notas no sepamos exactamente que quieren decir o que nos intentan enseñar. Estas notas son tremendamente útiles, ya que algunas de las cruces que se ven tapadas por paredes o muros las notas nos dicen que hay algún pasadizo aquí o allá para encontrarlas.
Palancas, una rueda que gira al tocarla, una campana... varios de estos elementos tienen funciones en el juego, que pueden ser como abrir puertas o activar/desactivar algunas de las cruces que debemos recoger (las que no están activas no las recogeremos aunque pasemos por encima de ellas). Como en el juego no hay grandes especificaciones, tras tocar alguna palanca debemos buscar que parte del juego se ha abierto e investigarlo todo de nuevo hasta hallar la nueva habitación.
Una vez conseguidas las 12 cruces el juego no se termina ahí, aún tenemos que llegar hasta el final de la iglesia, bajando al sótano de la misma y encontrarnos ahí con los enemigos más peligrosos y las salas más tramposas de todo el juego, diseñadas a mala leche para hacer bajar nuestro contador de vidas.
Si conseguimos llegar hasta el final de esta trampa casi mortal nos espera un último peligro. El diablo en persona con un disparo triple bastante peligroso que requiere de cierta habilidad de esquivar (recordemos que no tenemos botones ni de ataque ni de defensa). Solo si tenemos las 12 cruces tendremos una oportunidad de derrotar a este “jefe final” y así conseguir terminarnos el juego satisfactoriamente.
El juego en si es bastante cortito, requerirá jugarlo más de una vez para terminárselo, ya sea porque nos matan todas las vidas por su dificultad propia o por el mero hecho de que reexplorar todas las salas tantas veces no podemos evitar caer en las múltiples trampas o que hay algún enemigo que superamos con facilidad pero por reexplorar por 5º vez fallemos en el salto y terminemos muriendo.
Una vez conocido el juego, superarlo como tal nos llevará poco tiempo, ya que todo está igual y ya nos conoceremos que activa cada cosa y como se consiguen las 12 cruces sin necesidad de encontrar previamente las notas. Sin embargo, al jugarlo la primera o primeras veces todo serán novedades y resulta bastante divertido explorar las distintas pantallas mientras nos encontramos con enemigos de lo más variados en cada una de ellas.
Y por supuesto, cualquier persona de cierta edad que pasara por Spectrum, MSX o máquinas similares podrá rememorar en cierto modo la nostalgia de los juegos de aquella época, sin toparnos con una extrema dificultad que solía avasallar en algunos juegos (y sin piedad) y pasar un rato agradable de un estilo clásico 2d plataformero.
RESUMEN:
Juego: Abbaye Des Morts
Género: Plataformas/puzzles
Pros: Una iglesia a explorar mientras sorteamos distintos peligros. 12 Cruces que necesitan de ingenio, puzzles e interpretar las pistas para poder conseguirlas. Las pantallas y enemigos son únicas, cada una con su propio estilo o trampa mortal. Existen "jefes finales" a los que debemos superar.
Contras: Si sabemos el método de conseguir las cruces ya no necesitaremos recolectar las pistas repartidas por el juego; si esto fuera necesario recoger la pista para conseguir la cruz, podremos ignorarlas evitando algunos de los peligros del juego.
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