Nosotros tomamos el papel de un intrépido caza tesoros que recorre laberintos llenos de enemigos y trampas mortales para conseguir una meta final, el mayor de los tesoros que podamos encontrar que estará al final de los cuatro niveles disponibles.
En cuanto empecemos veremos a nuestro protagonista, un personaje amarillento y ciertos pasillos, viéndose el juego desde arriba. Nos movemos con las flechas del teclado (o lo que sea que tengamos definido), pudiendo combinarlas, es decir, caminar en diagonal si la situación y el terreno lo permiten.
Antes que nada, lo más recomendable (y al menos nada más comenzar es algo obligatorio) debemos conseguir un poco de munición, que está situada cerca de nosotros. Ya poseemos un arma con nosotros, una pistola, pero al empezar estará descargada, así que al conseguir ese primer objeto ganaremos 10 balas para poder usarlas con lo que nos vengan.
Al empezar a movernos, veremos un primer peligro. Una especie de puerta se abre y saldrá primero uno y luego otro enemigo, unas figuras humanas que llevan unos bastones/lanzas. Estos enemigos pueden ser eliminados disparándoles, pero de hacerlo reaparecerán por la puerta automáticamente.
Esta es una razón para no desperdiciar munición a lo tonto. Las pantallas tienen giros y pasillos cortos y otros más largos, conviene utilizarlos para mover a estos enemigos (los cuales siempre irán a por ti) para esquivarlos por un lateral y así ahorrarnos alguna bala, y usar solo nuestra pistola en casos de necesidad.
Hay varias clases de estos enemigos, en el primer y último nivel, los enemigos los formarán humanos, algunos llevarán lanzas, otros flechas y otros espadas. En el caso de los que llevan lanzas y flechas nos arrojarán su arma contra nosotros si estamos situados delante de ellos, aunque basta que disparemos para contrarrestar su golpe.
En el caso de los niveles 2 y 3, los enemigos serán otra clase de criaturas, extrañas arañas, escorpiones y gusanos poblarán los niveles. Huelga decir que todos ellos aparecen a través de una puerta, saliendo hasta dos simultáneamente, y todos ellos reapareciendo por la puerta si los matamos.
Aún tenemos un enemigo más, lo componen unos símbolos en paredes o simplemente en cuadros de piedra que al pasar cerca de ellos brillarán un instante, y poco después nos dispararán con su ataque mortal. En este caso, estas trampas no pueden destruirse, aunque sus proyectiles pueden ser contrarrestados con nuestras balas.
Los laberintos en si son bastante lineales, aunque algunos pasadizos están cerrados por puertas y necesitamos una llave situada en alguna parte del nivel para abrirla. Claro está, cada nueva llave siempre está detrás de la última puerta que acabamos de abrir.
Si es la primera vez que jugamos al juego seguramente demos algún rodeo y alguna que otra vuelta buscando la llave o la puerta, pero puesto que el juego solo contiene cuatro niveles y son siempre los mismos, no hará falta mucho tiempo para comprender lo sencillo que es avanzar sin apenas detenerse.
No todo es malo, hay algo bueno que podemos conseguir para superar los niveles con un poco de mayor facilidad. A parte del hecho de poder encontrarnos munición por los pasillos, hay un objeto que nos ofrecerá un poco de resistencia extra: una poción verde que al cogerla aparecerá en nuestro inventario (junto a las balas que nos quedan y a la llave, si la tuviéramos) indicando que, a partir de ese momento, un enemigo puede golpearnos una vez sin perder ninguna vida.
Contamos con un total de cinco vidas para superar el juego. No es que se muera vidas fácilmente, pero en ocasiones las puertas por las que salen las criaturas están situadas justo al lado del camino, así que si el enemigo está justo en el camino, lo matamos y antes de poder pasar aparecen otra vez y nos matan, ya es una vida perdida sin más.
Por suerte, morir una vida nos restará un corazón (cosa normal), pero reiniciará el escenario, es decir, que todos los enemigos que hubiera desaparecen, aunque no por mucho tiempo ya que si hay puertas de esas reaparecerán en pocos segundos, pero tal vez esos pocos segundos nos basten y sobren para proseguir y superar aquel mal trago.
Tras superar los 4 niveles: Felicidades, te has terminado el juego... ¿O tal vez no? El juego comenzará de nuevo desde el principio, con nuestros corazones al máximo (de nuevo tendremos las 5 vidas iniciales, sin importar con cuantas termináramos), pero ahora hay algo distinto, y es que los monstruos y demás humanos salen por las puertas hasta un total de tres.
En algunas zonas no habrá diferencia entre dos o tres enemigos, ni siquiera aunque llegara a cinco, pero en otras con pasillos estrechos y poco accesibles comprobaremos que el hecho de encontrarnos justo ahí con tres enemigos a la vez hará de esa zona muy difícil de pasar (el hecho es que para cuando disparemos y matemos al tercero de ellos, ya habrá aparecido otro, gastando tal vez 5 balas de nuestras reservas, en muy poco espacio de tiempo.
Si terminamos el juego de nuevo, será más difícil, ya que las trampas dispararán antes, y los enemigos también son más peligrosos, así que este es un juego corto pero que tiene la opción de suponer, a largo plazo, un buen reto para los jugadores. Fuera de eso, la primera vez es la más interesante, al desconocer las rutas y los caminos, que si bien no es un auténtico laberinto, siempre se le añade un toque de exploración ya que hay caminos cerrados y sin salidas que de conocerlos no entraríamos.
RESUMEN:
Juego: Pharao´s Revenge
Género: Acción
Pros: Tiene un toque de laberinto, aunque no mucho. Variedad de enemigos, unos más peligrosos que otros. Trampas y otros peligros que debemos conocer. Pese a que hay munición limitada, no la gastaremos todas en la aventura, sino que podremos acumular bastantes (a menos que las malgastemos).
Contras: Son poquitos niveles, y una vez conocidos pierden bastante misterio. A veces hemos muerto y no sabemos por que, no está claro la razón, pero puede que el color del proyectil se confunda con el suelo.
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