En esta ocasión voy a hablar de Anvil of Dawn, un juego antiguo de mazmorras en primera persona en donde los combates y los puzzles y las trampas estarán en cada esquina del juego.
La historia nos viene a comentar como un señor de la guerra (Warlord) está conquistando el mundo. Nadie está a salvo de esta amenaza y ya son muchos los que han caído bajo el increíble poder del señor de la guerra. En un desesperado intento por detenerle se han reunido a 5 héroes que buscará el modo de sobreponerse a esa invasión y encontrar un modo de detenerle.
Así pues, para empezar, tendremos para nuestra elección 5 personajes para elegir, cada uno con 4 atributos principales que estarán distribuidos según el personaje en cuestión: Fuerza, aguante, agilidad y poder. El hombre alto y fornido tendrá una gran fuerza y aguante, el hechicero poseerá más poder (usado para la magia) y el trasgo será el personaje equilibrado con los mismos puntos para los 4 atributos.
Incluso así podemos crear un personaje personalizado, aunque emplearemos a uno de los 5 pero hacer que el mago tenga mucha fuerza en lugar de mucho poder mágico. Sin embargo habrá unos mínimos, y es que si decidimos personalizar al hechicero nunca le podremos otorgar menos de 5 puntos mágicos (aunque si podemos darle el máximo de fuerza).
Una vez hecho todo empezará el juego, nos despertaremos en nuestra cama pero sentiremos que nos hemos quedado dormido cuando se suponía que debíamos estar junto a otros hombres. Ya con el control del personaje es muy importante conocer las pantallas más importantes para saber manejarnos en condiciones.
La vista es en primera persona, así que veremos algunas paredes y, girando y moviéndonos, veremos el resto de nuestro dormitorio, cosas cómo un baúl, una lámpara y una puerta que está completamente cerrada. Arriba a la derecha estará el retrato de nuestro personaje y dos barras indicadoras que se refieren a la salud y maná. Abajo a la derecha está el minimapa, que se irá dibujando según veamos cosas.
Usando los botones de dirección (o el ratón) y colocando al personaje en el baúl le haremos click para abrirlo y así conseguir el contenido del mismo, siendo una poción de salud. Con el botón derecho del ratón se enviará automáticamente al inventario, pero si queremos colocarlo nosotros mismos podemos hacerlo pulsando con el ratón en nuestro retrato o con la tecla “C” del teclado abriremos el mismo. Pulsaremos una vez más en el cofre, ya que contiene una planta mágica que repondrá algo de nuestro maná. Conviene hacer click en el cofre hasta que el personaje nos diga que está vacío, ya que nunca sabremos qué o cuantos objetos contiene.
Es hora de comenzar la aventura, y para ello tendremos la introducción a lo que serán los futuros puzzles: Abrir la puerta. Obviamente la habitación es pequeña y poco tardaremos en encontrar la palanca que la abre, pero eso significa que luego tendremos que buscarlas por nosotros mismos en futuros escenarios.
Caminando por el castillo nos toparemos con un mago que nos enseñará 2 hechizos mágicos: Uno es el de curación, siendo común en todas las partidas. El segundo dependerá de nuestra elección, decidiendo entre las disciplinas de fuego, agua, viento, tierra y rayo. Según la elegida nos ofrecerán un hechizo de esa disciplina.
Siguiendo la única ruta del juego llegaremos al sótano en donde se encuentra el herrero, forzándonos a una nueva elección, esta vez en el tipo de arma, según sea un arma cortante cómo la espada, de golpear cómo un hacha, de empalar cómo una lanza o de lanzar cómo una cuchilla.
Para seguir debemos presionar un pequeño botón que quizás no veamos a simple vista. Al pulsarlo la puerta se abrirá y pronto seremos transportados por otro mago a una zona alejada del castillo, en pleno corazón de la tierra devastada por el señor de la guerra.
Una nueva mazmorra con enemigos nos aguarda, y para combatirlos nos situaremos en alguna posición adyacente al monstruo en cuestión y pulsaremos con el ratón encima del enemigo (o presionamos la tecla “L”), con ello veremos una animación del arma que llevemos en ese momento y, con suerte, al enemigo quejarse.
Tras algunos golpes el enemigo morirá, quedando sólo los restos del mismo y, con suerte, alguna poción o alguna llave blanca que usaremos más tarde. Entonces registraremos la mazmorra hasta encontrar cofres que contentan objetos, enemigos contra los que lucharemos y puzzles y palanca y compuertas que se abran con llaves o con lo citado anteriormente.
En el juego nunca aumentaremos de nivel al método tradicional. En su lugar al utilizar armas o alguno de nuestros hechizos ganaremos experiencia en esos campos. Cuando la barra de experiencia se llena apareciendo un indicador de que la hemos llenado (empezará a llenarse una nueva automáticamente). Si conseguimos salir de la mazmorra se nos permitirá aumentar 1 punto el atributo para los distintos tipos de armas, así si aumentamos 1 punto en “empalar” manejaremos un poco mejor este tipo de armas en concreto.
Con la magia sucede lo mismo, utilizando los hechizos en varias ocasiones podremos mejorar la fuerza, eficacia y la velocidad de invocación de dicho hechizo en un punto al salir de la mazmorra. Sin embargo hay más tipos de magia que los que nos enseñaron inicialmente, y es que hay algunos hechizos que no pertenecen a los 5 ya citados y que aprenderemos por nuestra cuenta.
La cantidad de objetos en el juego es realmente muy grande; desde objetos únicos y especiales que tienen un único uso (y luego no sirven para nada pero que podemos llevar en el inventario de todos modos), objetos comunes de uso simple, u objetos clave que sirven para hacer algo en particular en alguna mazmorra en particular en algún punto en particular.
Esto se complicará al combinarse con la gran cantidad de trampas y resortes que hay en las mazmorras. Desde pinchos, trampas mágicas, rocas gigantes... todo diseñado para golpearnos a traición y hacernos perder nuestra salud rápidamente, sumado a que pulsamos un botón antes de tiempo o que debemos dejar un peso contundente encima y no lo sabíamos el juego nos obligará a movernos continuamente de un lado para otro explorando y tropezando con algunas trampas otra vez.
En algunos momentos nos encontraremos con algún que otro NPC; aunque la mayoría de ellos son simples supervivientes que a duras penas sobrevivieron a la invasión del señor de la guerra. Algunos nos dirán consejos de cómo afrontar la mazmorra en la que estamos, otros nos pedirán ayuda, ofreciéndonos algo a cambio si cumplimos.
El número de mazmorras en el juego es elevado también; cuando superemos alguna daremos al exterior, que se verá de un modo muy diferente al que se muestra el interior. Aquí nos desplazaremos por algún camino aunque no siempre está muy claro por donde se puede ir o no. Además el mapa, siendo genérico en este caso, no nos informa de nuestra situación y no nos queda más remedio que encontrarnos nosotros mismos.
Los objetos que recogeremos van a llenar nuestro inventario a la mínima que nos descuidemos. Si bien el inventario no forma cuadrículas y, por lo tanto, podemos poner los objetos que queramos en la posición que queramos ¡incluso unos encima de otros!; pero tarde o temprano nos encontraremos con serios problemas para usar una llave si no tenemos un mínimo de orden.
Ocasionalmente encontraremos bolsas o pequeños cofres que podemos llevar con nosotros. Al equiparlo en nuestra mano derecha/izquierda se abrirá un pequeño recuadro de inventario; podemos meter tantos objetos cómo queramos, para luego llevar ese saco en nuestro inventario general y así tener las cosas más organizadas porque si; en un principio no lo puede parecer, pero entre objetos necesarios y otros no tanto (pero que no sabemos que no son necesarios) acabaremos enterrando nuestro pobre inventario.
Y es que hay objetos que resultan muy útiles y que tienen un uso inmediato cómo las pociones, llaves u otros objetos que tienen el mismo efecto que un hechizo en concreto (pero sin gasto de maná). Otros objetos serán indispensables, y es que para derrotar al señor oscuro necesitaremos algunos objetos con nosotros que nunca podremos tirar.
Ahora bien, ciertos objetos tienen un uso en particular, pero nunca llegaremos a estar seguros del todo de si ese objeto ya utilizado conviene tirarlo o si al usar ese objeto con aquel NPC ahora se convierte en un objeto imprescindible o inútil... algo de lo que no estaremos nunca seguros del todo.
Hay que añadir que existen algunos lugares que puede que no
visitemos. Así por ejemplo existe alguna zona que no es necesario atravesar,
sino que podemos ir por otra distinta y aún así poder continuar el juego sin
problemas. Explorar el 100% no es absolutamente necesario, pero sí que lo es
reunir los objetos que el juego nos pida, cosa que no siempre será sencilla.
Si bien el nivel de frustración puede ser elevado en
múltiples ocasiones tales cómo trampas que aparecen de la nada y nos matan
antes de que reaccionemos o enemigos que nos rodean impidiendo que podamos
defendernos de todos ellos. Por estas razones (y muchas más) estamos frente a
uno de esos juegos en los que guardaremos a menudo y cargaremos también a menudo.
RESUMEN:
Juego: Anvil of Dawn
Género: RPG en primera persona.
Pros: Cinco personajes a elegir los cuales podemos personalizar sus atributos iniciales a nuestro gusto. Un inventario que no forma ningún tipo de cuadrícula, pudiendo llevar en él tantos objetos cómo deseemos y colocados del modo que deseemos. Bolsas y cofres con un inventario adicional, para un mejor orden de las cosas. Combinación entre monstruos, puzzles, pequeñas misiones y trampas que entorpecerán nuestro camino. Varios finales, con algunos escenarios que no resultan necesarios visitar para completar el juego. Añadir notas personales en el mapa donde queramos.
Contras: Es un juego para cargar y guardar la partida continuamente, ya que algún enemigo de sorpresa o trampas a mala idea nos destruirán sin remedio. Necesitamos cambiar continuamente el uso de teclado y ratón, ya que para según que casos necesitaremos la precisión del ratón o la rapidez del teclado.
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