El juego que va a continuación es una curiosidad, y es que es un juego que combina simulación y estrategia en tiempo real en donde nuestras acciones ya sean directas o indirectas repercutirán en nuestros soldados. Estoy hablando de “Majesty: The Fantasy Kingdom Sim”.
De plano al mapa principal, el juego nos va a permitir jugar en algún nivel fácil de introducción, con algunas indicaciones cómo lo que debemos construir o para que sirven algunos edificios. Puesto que en el mapa principal hay un buen número de niveles fáciles y que los superaremos aún sin tener mucha idea, no hay problema en aprender por nuestra cuenta.
En el escenario comenzaremos con un palacio (y según que nivel uno o más edificios iniciales), así que entrando en el menú de construcción se nos presenta una serie de edificios para construir. Puesto que en nivel fácil tendremos dinero más que suficiente para ponerlos todos y que los enemigos serán débiles, bastará con ir poniéndolos todos e ir aprendiendo poco a poco lo que hacen.
El mercado es uno de los edificios más importantes, y es que generará oro no solo de forma automática, sino que cuanto más grande sea nuestro reino (más edificios) más oro generará con el tiempo. Además, en él podemos hacer mejoras como pociones de salud o anillos de protección, algo que será útil tanto para nuestros soldados como para nosotros.
Una vez construido el campamento Ranger podemos reclutar hasta 4 soldados equipados con arco y flechas. A diferencia de cualquier RTS al uso, no tendremos un control sobre estos soldados, sino que irán a su libre albedrío a donde les plazca; siendo en el caso de los Rangers la exploración su tarea preferida, así que los veremos explorando los alrededores del mapa.
Si hemos hecho las mejoras de pociones del mercado, podemos observar como los Rangers utilizan parte de su dinero inicial (que podríamos considerar su salario) para comprar algunas pociones de salud, algo que les beneficiará al poder curarse en caso de necesidad, y que además los impuestos generados por dichas compras servirán para aumentar nuestras arcas.
Y es por eso que otros edificios como la herrería se pueden considerar como una inversión a largo plazo. Construirlos con todas las mejoras llevará mucho tiempo y dinero, pero si tenemos la cofradía de guerreros construida, los guerreros utilizarán el dinero en comprar mejores espadas y armaduras que no solo les harán más fuertes sino que los impuestos irán para nosotros.
Claro está, que para conseguir el dinero de esos impuestos hace falta un recaudador, siendo gratis en nuestro palacio. Este sujeto caminará por el reino con bolsa en ristre y se acercará a los edificios que contengan dinero (principalmente el mercado, herrería...) y al entrar en contacto con ella llenará su bolsa con oro. Debe regresar al palacio o bien a alguno de los puestos de guardia para que ese oro se haga efectivo para nosotros, lo que significa que si algún incursor enemigo aparece y mata a nuestro hombre ese dinero se habrá perdido (otro recaudador de impuestos aparecerá en palacio tras varios segundos).
Y es que el juego tiene muchos elementos aleatorios, y es que cada X número de héroes se generará automáticamente una casa. Estas casas generan oro, por lo que el mero hecho de tener más héroes hará que tengamos más casas y consigamos más oro para nosotros.
Cómo contrapartida, cuando el reino se haga más grande también se generarán alcantarillas, en las cuales van a parar los desechos, invocándose desde ellas algunas pequeñas molestias como las ratas y otras un poco más serias como hombres ratas: enemigos que atacarán a nuestros soldados, campesinos o recaudadores.
Por nuestra parte, para ayudarnos de enemigos que vengan o de esas ratas, contamos con un par de defensas que no cuentan como héroes. Para empezar el guardia real, que tenemos uno en nuestro palacio, cuyo objetivo es defender el palacio y construcciones cercanas en caso de un ataque. No comprará nada, pero puede derrotar a enemigos débiles y entretener a los más fuertes y, puesto que al morir se generará otro, tenemos esa defensa asegurada.
Los puestos de guardia ofrecen una mayor defensa. Para empezar un guardia defenderá la zona cercana a dicho puesto (gratis y generándose otro cada vez que muere); además, realizando algunas mejoras en dicho puesto podemos dotarlo de flechas defensivas o de pedir la ayuda del guardia veterano: Una versión mejorada con más puntos de salud ideal para una mejor defensa.
En el caso de los héroes, estos tendrán unos atributos que si podemos conocer. Todos empiezan al nivel 1 (a excepción de según que escenarios) y una serie de atributos de fuerza, inteligencia, aguante y puntos de salud entre otros. Al aumentar de nivel aumentarán la salud y uno de todos esos atributos, que dependerá del tipo de héroe. Así los magos solo aumentarán inteligencia (el resto de atributos permanecen inalterados) y el guerrero más fuerza.
Hay muchos elementos que ocurren de forma aleatoria, ya no solo las casas y las alcantarillas, sino que por ejemplo al construir el bungalow de los elfos se construirán automáticamente y sin nuestro permiso 2 edificios relacionados con ellos. O si muere una cantidad alta de nuestros héroes se generará un cementerio que no puede ser destruido, pero que pueden aparecer algunos esqueletos o zombis de ellos que acecharán a nuestros hombres.
El objetivo de los escenarios es muy variado, aunque suelen tener cosas en común como derrotar ciertos enemigos o guaridas. Puesto que no existe un orden para jugar los niveles sino que estos están divididos en nivel principiante, avanzado, experto y maestro, nadie nos quita de jugar un nivel experto primero aunque seguramente nos destrocen al desconocer la mecánica del juego.
Algunos escenarios permanecen como secretos, así que a menos que superemos ciertos escenarios anteriores no podremos acceder a ellos (bien por su alta dificultad o porque su historia está ligada con la de los 3 escenarios que debemos superar previamente).
Claro está, al no tener un control directo sobre nuestros soldados, el único método para incentivarlos a explorar alguna zona en concreto o a destruir ese campamento trasgo que el juego nos pide destruir, debemos hacerlo usando un método: Las recompensas.
Poniendo una bandera de recompensa en una zona inexplorada debemos asignarle un valor de oro (de 100 en 100). Según la cantidad ofrecida uno o más de nuestros guerreros harán la tarea; obviamente a mayor cantidad es más probable que vayan varios, pero sigue sin ser una ciencia cierta y, si hay enemigos de por medio, es seguro que sientan miedo y dejen la tarea sin realizar.
De igual modo para destruir un edificio enemigo; pondremos una bandera de ataque y ofreceremos una suma de dinero. Si la suma es muy baja solo le atacarán si alguno de nuestros hombres está cerca, mientras que si la suma es alta varios emprenderán el viaje desde nuestro reino al objetivo, lidiando con los enemigos que haya entre medias a menos que, una vez más, el miedo les haga dejar el trabajo a la mitad.
Ofrecer sumas de dinero es útil incluso cuando es en defensa; si bien los héroes ganarán algo de dinero por matar a esos enemigos ya de manera natural, ofrecer un incentivo monetario hará que defiendan más rápidamente a la vez que darles algo de dinero extra para sus bolsillos, que usarán para comprar mejores armas o más pociones de salud, lo que significa mejores soldados y recuperar parte del dinero por los impuestos.
No todo se basa en el uso de la espada y el arco, también existen algunos héroes que usarán la magia (algunos más que otros), así como diversos hechizos que podemos lanzar por un coste de oro. Según que edificios tendremos unos hechizos u otros (algunos edificios anularán la construcción de otros); así contamos con un relámpago para dañar a un enemigo o estructura, darle velocidad a un soldado u ofrecerle un escudo de antimagia para lidiar contra enemigos que conjuren hechizos.
Hay una buena variedad de soldados, cada uno con sus pros y sus contras. Así por ejemplo los Rangers son excelentes para explorar, pero a veces luchan contra enemigos demasiado lejos del reino, por lo que terminan siendo rodeados y morir. Los magos tienen un conocimiento de hechizos poderosos capaces de vaporizar a los enemigos, pero sus puntos de salud son tan bajos que cualquier enemigo que lo alcance cuerpo a cuerpo lo matará de un solo golpe.
Los soldados tienen un aguante elevado, pero son tan lentos que si se enfrentan a un enemigo que ataque a distancia pueden llegar a morir antes de que siquiera lo alcancen. Los sanadores tienen la facultad de curar heridas a un compañero más rápido de lo que cualquier enemigo pueda dañarlo, pero si son atacados directamente poco pueden hacer para defenderse.
Y claro está, también la personalidad de cada uno. Algunos guerreros de poca inteligencia son fuertes, pero incapaces de entender que su enemigo es más fuerte y morir. O bien ciertas unidades que se desplazan muy rápido por el terreno pero que pueden entrar en pánico muy fácilmente... y es por eso que el juego en ocasiones se muestra aleatorio, al no tener muy claro porque a veces siguen combatiendo hasta morir frente a enemigos fuertes y otras veces parecen tener miedo de enemigos que vencerían relativamente fácil.
Sin duda alguna estamos frente a un juego interesante; algunas acciones realizadas por nuestros héroes nos sacarán de quicio, y podemos encontrar algún nivel avanzado más difícil que varios de los expertos. Todos ellos pueden ser superados, aunque tengamos que empezar el nivel varias veces hasta encontrarle el punto; pero no hay que olvidar que incluso recomenzando un escenario la disposición en el mapa no será la misma. Aquel mercado situado en la parte superior ahora está en el inferior y nuestro palacio ya no está en la misma posición del mapa que la anterior vez.
RESUMEN:
Juego: Majesty: The fantasy Kingdom Sim
Género: Estrategia y simulación
Pros: Los soldados tienen su propia personalidad, de más cobarde a más valiente a más estúpido. Buen surtido de niveles, presentando algunos proposiciones interesantes. Cada unidad tiene sus pros y sus contras, de modo que conviene tener un poco de cada para compensar sus carencias. Un modo de un solo jugador en el que podemos decidir los edificios iniciales, el tipo de enemigos que rondará el mapa y activar según que eventos; de este modo podemos jugar aún más partidas fuera del modo campaña.
Contras: Nunca queda claro el motivo por el que, por ejemplo, tus tres guerreros huyen del dragón fracasando así el nivel pero cargando la partida a diez segundos antes esos tres mismos guerreros ahora combaten y superan el nivel para ti.
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