¡Gloria a Arstotzka! Este juego es sin lugar a dudas toda una curiosidad, y es que su planteamiento inicial resulta extraño y poco prometedor, pero que al final resulta tener mucho más trasfondo para hacernos querer jugar al juego un poco más. Se llama Papers, Please, siendo un juego que nos mete de lleno en la burocracia.
Todo comienza en un país ficticio llamado Arstotzka en el que el hombre de familia con el que jugaremos recibe una carta de la lotería de trabajo; por el azar nos ha tocado un puesto en la frontera de nuestro país. Este trabajo consiste en observar que todos los ciudadanos de nuestro propio país o extranjeros cumplan las reglas para decidir quienes pueden entrar a Arstotzka y quienes no.
Así que empezamos en nuestro lugar de trabajo, pero antes de iniciarnos debemos familiarizarnos con todos los elementos del entorno, algo que podemos hacer relajadamente al no haber ningún límite de tiempo inicial, pudiendo toquetearlo todo a nuestro antojo; para ayudarnos contamos con una hoja situada en medio de nuestro escritorio en donde aparecen dibujos con anotaciones sobre nuestra cabina.
En la parte izquierda hay un cuaderno que también conviene echar una mirada, para ello con el ratón haremos click en dicho cuaderno y lo arrastramos a la parte de la derecha, apareciendo abierto y con un glosario y una serie de páginas con instrucciones sobre el juego.
En él se nos detalla el uso de los distintos elementos, las reglas y normas del día o incluso cómo se ven los documentos necesarios, así conoceremos cómo desplegar los dos matasellos para validar o denegar el pasaporte y, en niveles más avanzados, cómo lucen exactamente ciertos documentos o papeles.
Finalmente leeremos un papel que nos dirá las instrucciones del día. Nuestro primer día será muy sencillo: sólo ciudadanos Arstotzkos pueden entrar en el país; Con esto en mente pulsamos en el megáfono, dando paso al primer ciudadano y empezando a correr el tiempo.
En la pantalla inferior izquierda aparecerá el rostro de un ciudadano que nos dará su pasaporte. Arrastrándolo con el ratón a la parte de la derecha veremos ese pasaporte desplegado con mucha información, desde su foto, género, ciudad, fechas... pero lo que más importa ahora mismo es saber si pertenece a nuestro país o no.
Si este ciudadano pertenece a nuestro país desplegaremos los matasellos, colocaremos el pasaporte debajo del verde y pulsaremos encima de él, de este modo quedará validado y tan solo con devolver el pasaporte al ciudadano este entrará y eso significa dinero para nosotros. Si por otro lado ese ciudadano pertenece a otro país como Kolechia, Antegria o Imporia (entre otros) le pondremos una bonita estampita roja y se irá por donde ha venido.
Una vez terminado con el primero, pulsaremos en el megáfono para así llamar al segundo, y solo basta repetir lo mismo en lo que dura la jornada laboral hasta que esta concluye, nos vamos a casa y cobramos el sueldo basado en el número de personas que hayamos atendido sin equivocarnos.
En el menú entre días veremos el dinero que tenemos ahorrado, el que hemos ganado y, al final, varias opciones para pagar la renta de nuestro hogar así como comida y calefacción. Si desactivamos estas opciones correremos el riesgo de ver a nuestra familia (indicado a la derecha) pasar hambre o frío y quizás morir. Perder a todos los miembros supone el final prematuro, así que intentaremos no llegar a estos extremos en la medida de lo posible.
Empieza nuestro segundo día de trabajo, y ahora tenemos un par de cosas nuevas. Para empezar el papel inicial nos dice que a partir de ahora los extranjeros también podrán entrar al país si tienen los papeles en reglas, y para ello se ha instalado un método de inspección, que se activa pulsando el nuevo icono situado en la parte inferior derecha.
En este punto el cuaderno de anotaciones e instrucciones va a ser imprescindible, y es que los distintos países tienen una serie de ciudades; a menos que conozcamos de memoria todas ellas conviene dejar el cuaderno a mano para un rápido vistazo cuando sea la ocasión.
El primer ciudadano entra en nuestra cabina y nos ofrece su pasaporte. En este punto el juego empieza a complicarse, y es que debemos revisar que todo esté bien, eso incluye si la foto coincide con la persona que nos dio el pasaporte así cómo su género (hombre/mujer), e incluso pequeñas cosas que se nos pueden pasar por alto cómo ver si su pasaporte no está caducado.
Si todo está en regla estampamos un sello verde; si por otro lado algo no está correcto primero usaremos el método de inspección, apuntando a las incoherencias. Por ejemplo, que la ciudad que ponga el pasaporte no aparece en nuestro cuaderno/chuleta, así que pulsaremos el botón de inspección, presionamos sobre la ciudad en el pasaporte y luego en la lista de ciudades de nuestro cuaderno.
La opción “interrogar” aparece y pulsamos para que nuestro trabajador diga que la ciudad del pasaporte no existe; tras alguna excusa del ciudadano que poco nos importa estampamos con el matasellos rojo encima de su pasaporte y se lo devolvemos para que se marche de allí, y así haremos con todos los que podamos dentro del límite de tiempo.
Día a día se irá complicando, si bien no siempre se añaden cosas nuevas todo se irá complicando hasta extremos, ya que llegará un punto en el que cada ciudadano necesita entregarnos un permiso de entrada válido (con fecha del día del juego), pasaporte válido, certificado de trabajo e incluso más. Deberemos comprobar que en los distintos documentos las fechas están bien y que el nombre coincide o que no falta alguno de estos papeles.
Incluso más adelante se añadirán más y más papeles con indicaciones cómo la altura y el peso, ya que si este último no coincide puede significar que esta persona intenta entrar en el país con armas o droga de contrabando, para lo cual usaremos un escáner para ver si lleva en su posesión un objeto no permitido.
Por este motivo a la larga iremos más lento (también habrá más tiempo entre días) pero además nos equivocaremos más, ya que al revisar todo al milímetro y aceptar el acceso al ciudadano al momento recibimos una notificación de que el género no coincidía, algo que pasamos por alto entre tanto dato.
No todo va a ser malo; con el tiempo ganaremos algunos añadidos para nuestra cabina (por un precio, claro). Estos añadidos tienen la función de atajos por el teclado, de este modo pulsando tabulador sacaremos los matasellos y con la barra espaciadora entraremos en el modo de inspección sin necesidad de hacer click en el icono, facilitando y agilizando todo el proceso.
Claro está, esto contado así parece que es un juego más, pero el transformo del mismo reside en una pequeña historia que ocurre dentro de la monotonía del trabajo; por ejemplo algunos nombres propios aparecerán en algunos momentos pidiéndonos algún favor o incluso sobornos ofreciéndonos dinero a cambio de permitirles el paso; una acción que puede ser buena para no dejar sin comida a la familia pero que entabla un riesgo de que nos pillen.
Todo no acaba aquí. A veces cuando estamos enfrascados en pleno día de trabajo alguna clase de problema ocurre, cómo por ejemplo alguien intenta cruzar la frontera saltándola, topándose de lleno con los guardias apostados; esto hará que en cualquier momento ocurran cosas que rompan un poco la monotonía del juego en si pero a la vez nos fastidiará, ya que parar el día de trabajo prematuramente significa menos dinero, y las facturas hay que seguir pagándolas.
Si bien el planteamiento de todo el juego trabajando inmerso entre papeles no parece nada atractivo, toda la manera de meterte de lleno en un trabajo en el que ocurren cosas cada cierto tiempo hacen que queramos jugar un poco más, aunque el juego utiliza la monotonía a propósito, ya que cuando menos lo esperemos algún personaje dirá algo importante y sin embargo no le prestaremos atención debido a que estamos acostumbrados a no prestar especial atención a los diálogos para revisar otros datos.
Así por ejemplo sabemos que si alguien llega a nuestra garita sin un pasaporte automáticamente podemos denegarle la entrada sin tener que mirar más datos y así ir más rápidos, pero cuando estemos jugando el día siguiente aparecerá una persona en concreto (con cierta amistad con nuestro protagonista): la misma persona que 2 días atrás nos había pedido cómo un favor personal que le permitiéramos la entrada a alguien con nombres y apellidos; la misma a la que le hemos denegamos su entrada el día anterior, todo porque hemos caído tan profundamente en la monotonía que no nos paramos a reparar en esa persona en concreto.
El juego cuenta con una serie de finales, muchos de ellos considerados así simplemente por un “game over”, así por ejemplo no tener dinero para pagar las facturas o la familia muriendo se consideraría cómo 2 finales. En esencia el juego vendría a tener 3 finales que no corresponden a un game over; las elecciones tomadas con ciertos personajes variarán para conseguir alguno de estos.
Si hemos conseguido el auténtico final se nos ofrecerá un código que nos permite acceder al modo infinito: en él será cómo el juego normal pero con puntos. Ganaremos 10 puntos por cada persona procesada en el primer minuto, descendiendo el número de puntos conseguidos a cada minuto que pasa. Si cometemos un error o el balance del dinero conseguido es negativo la partida termina. Se puede elegir el nivel de dificultad de este modo decidiendo más o menos papeles a necesitar.
RESUMEN:
Juego: Papers, Please
Género: Simulación
Pros: Te mete de lleno en la tarea asignada. Hechos que ocurren que hará al jugador tomar decisiones más o menos importantes. Varios finales (auténticos). Detalles y parte de humor que transcurre en el día a día.
3 comentarios:
Walah! parece muy... ufo?
Estoy listo para probarlo XD
Voy por el día 24 y el reglamento no se actualiza, debo confiscar ciertos D.A.I pero no puedo:c ¿Qué hago?:c
No sabría decirte @ValeViaguero. Nunca me ha pasado eso.
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